Desde mi butaca retomo
nuevamente las líneas que deje para celebrar, en contra de mi voluntad, unas
fiestas que han perdido su esencia (como algún que otro partido político que yo
conozco) para convertirse en un revoltijo de compras sin sentido donde lo que
importa es ser feliz a cualquier precio.
El resto del año la
sociedad te perdonara ser un gilipollas, un completo imbécil o un ser que solo
busca la satisfacción personal pero en las navidades no, tienes que sonreír por
cojones, tienes que sentir el espíritu navideño… (aun nadie tuvo los güevos de
decirle al pueblo que ese sentimiento había
muerto con Franco) …aunque te cueste la paga extra que muchos no han
cobrado, ¡¡hay que ser feliz y punto por que así lo manda el Corte Ingles!!.
Según el tiempo se va
acumulando en mis huesos siento como los planeos de la hipocresía y de la
mentira en nuestra sociedad son cada vez más habituales aun a sabiendas que nunca traen nada bueno y se aceptan casi como si de un bien cultural
de nuestro país se tratara. Ya no hay
faros que nos guíen ni perrito que nos ladre, ahora estamos solos entre
la inmensa masa social donde solo se tocan las campanas cuando sus majestades
lo manden y se va a misa, cuando a los curas les hace falta pasar el cepillo.
Que tenga una feliz
cuesta de Enero.
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