viernes, 12 de julio de 2013

Una de divorcios


Según indican las estadísticas el verano es el culpable de que cientos y cientos de parejas, ya sean legales o de vida licenciosa, se divorcien o separen llegado el mes de septiembre y no es por la típica discusión de al monte o a la playa sino porque la rutina desaparece y te encuentras que no hay sitio donde esconder tu verdadera personalidad.

 El homo sapiens habrá evolucionado tecnológicamente muchísimo quizás en parte para tapar que humanamente distamos cada vez más de la lógica natural de las cosas al sacar “los pies del tiestu” y creernos de verdad que somos la obra maestra de Dios y no la chapuza de algún cerebrin extraterrestre borracho con ganas de follar gratis.

 Mis escasas neuronas, ya liberadas del exceso de azúcar, han vuelto por sus fueros y a dejar nuevas incógnitas en mi pensamiento tales como……. ¿porque en una relación perfecta una de las personas tiene que ser sádica y la otra masoquista? ¿Los del PP son la cara y la cruz del Psoe? O por el contrario ¿buey soluuuu……. bien se lame? Y es que la vida va tan aprisa que el alma es incapaz de llegar a tiempo a los corazones de las personas para evitar que sus sentimientos se confundan con un egoísmo llegado desde las más altas jerarquías institucionales para sobrevalorar tu egocentrismo evitándote así el mal trago de saber que las palabras compartir, colaborar, cooperar o ayudar conllevan el roce con otras personas y quizás hasta llegar a tener que darle conversación a un desconocido en el ascensor de tu edificio.

 El conocimiento te hará tan libre que al compartir este, tu vida y tu destino se atara al de los demás. Armandichenco beranuscaya (filosofo venido a menos 1958 – 2060)

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