Hay momentos en la vida que te sientes traicionado por todo, olvidado como un libro ya leído que reposa en la estantería y que solo toca la señora de la limpieza los lunes por la mañana. Quizás la vida no tenga ningún sentido o quizás sí, quizás solo uno, el vivirla, el saborearla a tu manera, a tu modo, y lo demás ¡qué importa!
Cada día me gusta más la soledad, mi soledad, esa que me susurra todas las noches el “duerme mi niño, duerme mi sol” y que me acompaña cuando por algún motivo la tristeza y la añoranza de tiempos más felices revuelven mi corazón de nuevo ya que a pesar de que los años han vuelto mis pasos más lentos y más nítidas las ideas, aun así no tengo muy definido lo que quiero hacer con mi vida, bueno, con lo que queda de ella claro.
Me cuesta decir “no”, me duele decir “adiós” y me jode tener que darle la espalda a alguien por muy mal que esta se haya portado conmigo pero dentro de poco será mi cincuenta y cinco cumpleaños y ya es hora de que espabile y empiece a soltar lastre para poder volar como antes, para ser el visionario del Bic y de la servilleta de papel que fui y dejar algo de mí que la historia pueda escribir en un libro que después repose en una estantería y que solo toque la señora de la limpieza, los lunes por la mañana.
Buenas noches.
Escritu N’Asturies por el Hefas.- aldeanu de pro
No hay comentarios:
Publicar un comentario