Cuando la fiera sale de caza: 1º parte
La natural naturaleza de los animales es la de vagar libremente por estos pagos que Dios creó en un fútil intento de hacer pasar desapercibidamente la creación de su ser más ruin y egocéntrico, el hombre y sus creaciones más aberrantes, las grandes ciudades, la política y hacienda.
En justa reciprocidad con un león enjaulado, el motero novato deberá tratar por todos los medios de escapar y dejar atrás esa urbe que le asfixia con sus ilimitadas limitaciones que no dudaran ni un segundo en aliarse entre sí para crispar su paciencia y saquear in misericorde e in situ, su bolsillo.
Tu eres un animal devora asfalto y tuerce curvas que muda de piel cada vez que se encaja en las líneas curvilíneas de su pasión motera, esa que aparta por unas horas un trabajo de mierda, una hipoteca sangrante y una ex apasionada por ponerte a parir en el facebook o twitter de turno.
El hábitat del motorista motero es el de las carreteras nacionales de la red viaria española y prueba de ello es trazar ruta con el Google Maps y darle a “Mostrar opciones” te saldrán dos enlaces, uno “evitar autopistas” y otro “evitar peajes” y eso solo es creación de un amante de las dos ruedas…..…aunque sea Yanqui.
¿Qué enlatado latoso elegiría ir por una cutre nacional teniendo a mano una autopista gratuita y sin fianza alguna? Respuesta……. “Ninguno”, a no ser que sea un jubilado rememorando recuerdos de la post guerra como mi padre de 82 años o algún pringado del Ministerio de Fomento castigado a perseguir el bache perdió.
Los moteros somos depredadores antropófagos por excelencia de las antiguas nacionales del régimen que hoy en día son las únicas que dejan fluir la iniciativa privada y la triangulación en la que tú, ella y la N-634, se perfilan en cuanto a los que piensan en verde están en otros sitios recaudando más y mejor.
No hay mejor maestra consejera que la que deja que aprendas por ti mismo y eso es lo que tendrás que hacer al principio, rular a tu aire, a tu ritmo y siempre en la medida de tu miedo ya que el examen estatal es un mero trámite asumible y la carretera un hecho real donde hay más gente que tu, incluso viniendo de frente.
Pilotar en campo abierto es el limpio orgasmo al que me refería en el principio de esta guía pero que para llegar a él tienes dos opciones: La primera aprender de la mano de profesionales (cursos de pilotaje) La segunda, fijarte en lo que hace el de delante a la espera de que sepa lo que se hace.
Sea cual sea la opción, recuerda que no estás en una lid y que no tienes que demostrar nada a nadie, tan solo disfrutar de la magia que da sentirse ingrávido frente a la pesadez circulatoria de un infarto viario.
El Hefas.- aldeanu de pro
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