Tengo que reconocer que a
estas alturas de mi vida uno ya se ha vuelto un animal de costumbres y ya se
sabe lo que dice el dicho que ha perro
viejo no se le ensañan ya trucos nuevos así que me encuentro una vez más a las
tantas de la noche inmerso en uno de mis relatos breves que describen patéticamente
el devenir de esta mi historia que para que decir más, a nadie le importa un
pito.
La semana pasa a un ritmo
cansino que trato de olvidar consolándome con la triste vida de los que según la tele, la crisis les ha devuelto a
la realidad pura y dura de que han vivido por encima de sus posibilidades y de
que nunca debiste dejar el “cuchu aldeanu” así que para conseguir conectar con
el imperio del subconsciente dejo la realidad de los periódicos y noticias de Internet para pasarme a las de las series televisivas que algunas son mano de santo para
llevarte directamente a los brazos de Morfeo .
Los fines de semana son
diferentes ya que hay más ritmo en mi entorno pues mi señora es forofa del
teatro y de todo lo que huela a cultura y me lleva, o mejor dicho, me empuja a
actos de todo tipo entre mis protestas de monstruo del culo gordo que no quiere
ir pero que al final siempre se lo pasa bien más si cabe cuando después nos
vamos a cenar y este que suscribe se toma sus güiskecitos, que si los dos
primeros le dejan alegre y contento, el tercero lo tumba y lo deja hecho unos
zorros para cabreo femenino ya que cuando a duras penas me echo en el tálamo
nupcial no siento absolutamente nada, ni me duelen las rodillas, ni la espalda,
ni las piernas ni me acuerdo de la ultima trastada que me coló mi hijo pequeño
y simplemente me quedo como un tablón y ya puede caerse el cielo que a mí no me
pillara despierto.
Hoy como ustedes habrán
notado solo me tome uno y mi cerebro a falta de alcohol o de drogas televisivas
le es imposible conciliar el sueño así que me levante y me puse ante ustedes.
Mi señora, entre divagaciones nocturnas pues ya estaba mas p’alla que p’aca me
dijo ¿A dónde vas Hefas? A lo que yo le respondí muy muy bajito, A la mierda mi
amor, a la mierda, donde voy a ir que mejor este.
Que tengan ustedes
felices sueños y recuerde que yo duermo en pelota ya sea verano o invierno así
que mejor no sueñen conmigo porque las pesadillas …………..nunca traen nada bueno.
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