En ocasiones, desearía arrancarme el cuerpo y alejarme con discreción de un mundo que no comprendo, de una gente que sueña con sobrevivir día a día para luego morir sin una queja.
En ocasiones, me disfrazaría de payaso para pasar desapercibido entre un mundo de fianzas desojando la margarita de la incongruencia prosaica de una flor en un matadero
En ocasiones, me gustaría ser tan pequeño, tan pequeño tan pequeño, que el mundo se volvería mucho más grande y acogedor para mi.
En ocasiones, me siento en la aurora de la soledad y entereza varonil para escribir a los que en la madrugada ven también el sonido acogedor del silencio de los corderos.
Momentos, estrellas fugaces que se nos escapan de entre las manos sin saber si las puedes retener o simplemente dejar que se vayan y descansen en paz.
Te echo de menos.
El hefas, aldeanu de pro
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