martes, 27 de agosto de 2013

Sobre el botellón y las relaciones socioculturales de este nuestro país.



Decir que seguimos siendo un país de pandereta es tan obvio que hasta los lusos y los ilusos se dan perfecta cuenta de ello y de que mires a donde mires la política está presente y se usa, unas veces cargada con posta y otras con confetis.

El problema del botellón es, a claras, un problema cultural propiciado desde las alturas por un mal entendido sistema democrático y de unas libertades estructuradas para que estas sirvan más de cortinas de humo que de enseñanza social.

Ser justo, ser salomónico en una sociedad en crisis es tan difícil como peinar el mar o besar las nubes, por muchas ganas, por mucho empeño que le pongas, cuando el fondo del cuadro está deteriorado, pintes lo que pintes encima el resultado siempre será malo.

Cuando “las hordas izquierdistas y fascistas” decidieron vender a su pueblo al mejor postor, eso sí, a uno democrático, que mejor manera que dejarle ahogar sus penas en alcohol y liberalizar el horario de nuestros bares para que toda una generación pase inadvertida, sea manipulable y sobre todo, político dependientes.

Lo que siempre buscara un tuerto es un país de ciegos donde vivir (Armandichenco Beranuscaya, filosofo de baratillo 1958-2060) Y si no existe, pues se hace y en paz, así cientos, miles de tuertos vivirán a costa de los ciegos que estúpidamente creerán en “la visión de futuro” de estos sin darse cuenta de que los tuertos carecen de profundidad y lo más fácil es que terminen todos en el fondo de un barranco.

Que tengan ustedes un buen día

Escrito N’Asturies por el hefas.- aldeanu de pro

No hay comentarios:

Publicar un comentario